Restaurante muy tipico

IMG_6807Lugar de esos con alma de pueblo,en el que nos atendieron muy bien y comimos muy a gusto,eso sí había moscas y tuvimos que sortear un caballo atado a la puerta para poder entrar …comida sencilla sin pretensiones…el chico joven que atiende muy amable…al irnos les compramos unas nueces muy ricas…

Por Javier P

#Cabras Montesas en #Monachil – #Cahorros / Sierra Nevada

IMG_6661Las cumbres de Sierra Nevada  son el escenario idóneo, en la época en la que la nieve desaparece y el alimento está disponible, fundamentalmente en el piornal y los pastizales de alta montaña, para observar (de cerca) a las cabras montesas, emblema de la fauna local. Hembras y machos se mueven por separado pero son animales gregarios; un grupito de 5-6 hembras con crías allí, otro grupito de 3-4 machos por allá. Caminando con calma se observan con facilidad estos enormes bóvidos ibéricos. En Sierra Nevada hay muchos, de hecho aquí vive una población estimada en unos 20.000 individuos, la mayor población de la península Ibérica y por extensión, del mundo, ya que la especie sólo se encuentra en las montañas de la piel de toro (endemismo), donde viven alrededor de 50.000-60.000 cabras montesas. Capra pyrenaica hispanica, a la que pertenecen las cabras de Sierra Nevada, es la subespecie más extendida en la península. La cabra montesa se distribuye por las montañas españolas con especial profusión en la franja mediterránea y litoral, en enclaves como las Sierras de Tejeda y Almijara (Granada y Sierras de Loja y Alhama (Granada-Málaga), las Sierras de Málaga, Sierras de Cazorla, Segura y las Villas (Jaén), Sierra Mágina (Jaén), etc. Las sierras de Beceite-Tortosa (Tarragona-Castellón) o la Muela de Cortes (Valencia) albergan fuera de Andalucía buenas poblaciones de la subespecie.

Capra pyrenaica victoriae (fundamentalmente en las poblaciones de las sierras de Gredos, Las Batuecas  y Guadarrama) y las extintas Capra pyrenaica pyrenaica (el bucardo, en Pirineos) y Capra p. lusitanica en la vecina sierra de Geres (Portugal) completan el cuarteto subespecífico del endemismo ibérico.

IMG_6666Entre noviembre y enero tiene lugar el periodo de celo, cuando machos y hembras se unen y los primeros protagonizan espectaculares peleas para ver quién es más fuerte y disfruta el privilegio de dominar el harén de hembras por unos días. Los violentos choques de sus poderosas cornamentas rasgan el silencio durante los combates. Tras las cópulas, que sólo los machos dominantes realizan, las hembras buscan la protección del bosque (fundamentalmente encinar) para desarrollar sus épocas de cría y especialmente el parto, rodeadas de alimento y buena cobertura forestal. Se mueve siempre por sustratos rocosos, donde se desenvuelve a las mil maravillas, con una capacidad de escalada increíble subiendo por terrenos casi verticales. En las cumbres de Sierra Nevada se desplaza por el sustrato de esquistos metamórficos que componen la franja más alta del macizo. Allí camina y salta entre cascajares, rocas aborregadas y estrías glaciales. A primera y última hora del día se las ve en las zonas de borreguiles, bebiendo agua en alguna de las lagunas de alta montaña del macizo. Es muy frecuente ver su inconfundible silueta recortada contra el cielo en algún escarpe rocoso, observarlas descansando plácidamente tumbadas en las rocas, siempre atentas y con amplio campo de visión, al abrigo del viento que tan poco les gusta. En los días de calor y en las horas centrales de la jornada, se tumban entre las sombras de las rocas, pasando casi desapercibidas a la vista gracias al mimetismo que les proporciona su pelaje marrón.  Son las dueñas y señoras de las cumbres por lo que a mamíferos se refiere y no dudan en acompañarnos hasta la misma cima del Mulhacén. Siempre que camino por estas alturas en primavera y verano  disfruto con su presencia, con su compañía, pues se mueven despacio y con aparente indiferencia ante la presencia humana, casi como compañeras de ruta. Un lujo a la hora de fotografiarlas con estampas como la del Veleta, la Alcazaba o el Mulhacén como inmejorable telón de fondo.

Os recomiendo el sendero de las Cumbres entre la Hoya de las Mora (y Posiciones del Veleta) y el Alto del Chorrillo para observarlas. Un objetivo corto para fotografías panorámicas en su hábitat y un tele tipo 100-300 mm es más que suficiente para regresar a casa con las mejores fotos de cabras. Caminar despacio y en silencio, disfrutando además con la observación de los muchos endemismos de flora y fauna de alta montaña. Como alojamiento, las villas de Bubión, en la Alpujarra de Granada, y de Láujar de Andarax (Alpujarra de Almería) son una magnífica opción. Más próxima a las cumbres la primera. (fuente) //

Ruta de los Cahorros (Monachil) Granada

La ruta de Los Cahorros transcurre a través de un estrecho cañón excavado por la acción erosiva del río Monachil, desde su nacimiento en el pico Veleta, y en el extremo occidental del Parque Nacional de Sierra Nevada. A lo largo de los siglos, las aguas de este río han modelado impresionantes paisajes en la roca de la montaña, dejando una ruta que los senderistas aficionados a los parajes abruptos y a los puentes colgantes adorarán. No en vano numerosos escaladores eligen estas paredes rocosas para prácticas de entrenamiento.

Esta ruta, de entre dos y tres horas de trayecto, está calificada de dificultad baja, aunque hay que tener un poco de precaución en algunos tramos en que el sendero se hace estrecho o inclinado.

Para comenzar nuestro camino nos situaremos en la localidad granadina de Monachil, y tomaremos la calle Tras Torre, que abandona el pueblo en dirección sureste. Avanzaremos por ella hasta encontrar un desvío a nuestra derecha que anuncia Los Cahorros, por el que seguiremos avanzando y tomaremos el primer camino que se desvié a nuestra izquierda.

Este sendero nos llevará por lugares muy emblemáticos y vistosos, como la antigua central eléctrica que en el pasado se usaba para alimentar los tranvías, y que en la actualidad se usa para abastecer de electricidad al pueblo, huertas de frutales, eras que se usaban antes para cultivar diversos cereales, o diversos manantiales de agua potable. Muchos sitios tendréis ganas de bañaros como me sucedó a mi, pero advertir que en pleno agosto y con una gran ola de calor, fuí incapaz durar 30 segundos en el agua, está increiblemente fria.

Sin embargo, puede que el mayor atractivo que ofrece esta ruta (aparte, por supuesto, de los increíbles paisajes) sean los múltiples puentes colgantes que nos encontraremos a lo largo de la misma y que facilitan el paso entre ambos lados del cañón. Como curiosidad, apuntar que el más grande de todos tiene un total de 63 metros de largo, y a más de uno les recordará al de la película de Indiana Jones y el Templo Maldito.

Siguiendo el camino abierto por las aguas, también atravesaremos la Cueva de Las Palomas, o Túnel de Las Palomas, uno de los puntos más bonitos de la ruta, por el que tendremos que pasar con precaución y en ocasiones agachados, y en el que, como su nombre indica, podremos encontrar numerosas palomas entre otras aves.

Seguiremos el sendero del cauce del río hasta encontrarnos con un cartel que nos indicará tres direcciones distintas: Cahorros, Camino de la Solana y Monachil. Este es el punto en el que deberemos emprender el regreso, y lo haremos tomando un sendero ascendente a nuestra derecha. Un corto tramo más tarde nos encontraremos un nuevo indicador que seguiremos en dirección a Hoya Romero y La Sabina.

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